Mi Taller

Bienvenidos a mi Blog, Taller de trompeta. En él intentaré de alguna u otra manera, poder ser de ayuda a todos aquellos interesados en el aprendizaje de este hermoso instrumento. Para ello iré subiendo material ordenado metódicamente, teniendo en cuenta además lo que crea y vea convenientemente adecuado.

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"Si posees alumnos a quienes les enseñas música, ayúdalos por todos tus medios posibles a lograr sus sueños. Pero ten mucho cuidado en la manera en que influyes en esos sueños"

Friedrich Gulda


jueves, 2 de julio de 2009

Dizzy Guillespie & The BeBop

Las historias y mas precisamente las anécdotas de aquellos que hicieron lo que hoy en día es el Jazz, llegan a ser fascinantes en algunas ocasiones. Creo que la vida de estos pioneros y creadores es sumamente interesante. Normalmente cuando solemos escuchar la música de estos grandes; oímos sus melodías, solos, arreglos, etc. Pero resulta intrigante, aun saber algo de lo que fue la vida cotidiana de los mismos en ciertos momentos de su carrera musical.

En este espacio tratare, a medida que logre obtener este tipo de datos, de compartirlos con todos ustedes en esta sección llamada; Anécdotas del Jazz

Qué es el jazz? ... "Algo libre, sin ataduras, sin corpiño alguno".., definió un sonriente Dizzy Gillespie inspirado por los topless que lo rodeaban en una playa de Niza. ¿Hace falta alguna otra imagen para anticipar que ésta no es la típica historia trágica de un músico de jazz alcohólico o drogadicto, con una infancia miserable y una muerte solitaria después de haber tenido fama o fortuna o ambas? La vida de Dizzy Gillespie escapó de los lugares comunes de las de sus colegas: fue alegre, bastante larga, escasa en dramas y provista de un reconocimiento al talento que no tuvieron otros genios del jazz.

Para empezar, su trompeta, más cercana a alguno de los inventos estrafalarios de Les Luthiers que al instrumento de un músico legendario. Estaba doblada y el pabellón apuntaba hacia arriba, como en un ángulo de 45 grados. No era producto de ningún rasgo snob, sino de un accidente mágico: "En 1953, en la fiesta de cumpleaños de mi mujer, un músico cayó sobre mi trompeta y le dobló completamente la salida. Me puse a soplar para ver si sonaba y, sorprendido, encontré que oía mejor mis propias notas. Me gustó tanto ese efecto que al día siguiente pedí que me fabricaran una igual", contó una vez.

Su muerte, hace ya 16 años, lo encontró dormitando en una cama de hospital (el Englewood, de Nueva Jersey) con 75 años y el tema Dizzy's me como telón de fondo. El cáncer de páncreas ya lo había obligado a internarse en abril del 92, pero él mantuvo su humor hasta en la enfermedad. Así lo cuenta Roberto Fats Fernández, quien lo conoció en Buenos Aires en el 61, cuando le enseñó a decir ¿a quién le ganaste, farabute?, y lo visitó en el hospital: "Le llevé un disco de Egle Martin. Me acerqué a su oído y le dije ¿a quién le ganaste, farabute? El se llevó la mano a la boca y me hizo un gesto de estar tocando la trompeta. Un lindo gesto final para cualquier trompetista."

Como nace su apodo "Dizzy", algunos sostienen que fue cuando tocaba en la banda de Frankie Fairfax y que, como solía transportar la trompeta en una bolsa de papel, Bill Doggett, uno de los músicos, empezó a llamarlo así. Es decir: mareado, confundido, vertiginoso, tiro al aire. Sea como fuere, el apodo fue perfec to, por más que en el escenario resultara más vertiginoso que confundido. En 1937, Dizzy se fue a Nueva York, donde tocó en jam sessions en clubes de Harlem e impresionó a los músicos neoyorquinos por su frescura, velocidad y el uso de nuevos acordes. Así, al año fue contratado por la Teddy Hill Orchestra para una gira europea. Su misión era reemplazar nada menos que a Roy Eldridge, su ídolo.

"El era un trompetista de estilo francés, estaba conectado directamente a Louis Armstrong, y era la voz de esa época, los 30. Yo nunca había escuchado a Louis, pero estaba atento a de dónde venía la inspiración de Roy. Entonces, mi inspiración vino de Eldridge y Armstrong, y también de King Oliver y Buddy Bolden. Así fue cómo sucedió", cuenta Gillespie en sus memorias, To Be or Not to Bop. En 1939, Gillespie participó de una grabación con Lionel Hampton, la famosa sesión Hot Mallets. "Apareció con un nuevo estilo, que nunca habíamos oído. Mucha gente no sabe que ésa fue la creación, el principio del bebop", recuerda Hampton en el libro. Era el comienzo del jazz moderno.

Sin embargo, a Cab Calloway, director de la orquesta en la que estuvo Gillespie entre el 39 y el 41, ese sonido no le gustaba, y a los solos del trompetista los llamaba "música china", en un anticipo de la reacción que generaría esa música en los defensores del jazz tradicional y el swing, hechos para bailar. La relación con Calloway terminó en el incidente más violento en la vida de Dizzy. Durante una actuación, alguien se divirtió tirándole papelitos ensalivados al director, que estaba de espaldas. Por su permanente espíritu bromista, Calloway acusó a Gillespie, quien terminó la pelea dándole un par de cuchilladas. Sólo lo hirió superficialmente, pero fue el fin de Gillespie en la orquesta.

Ese tiempo igual fue provechoso. En la banda tomó contacto con el trompetista cubano Mario Bauza, quien más tarde le presentaría al percusionista Chano Pozo y, con él, los ritmos afrocubanos. Y en una gira con la banda de Calloway, en 1940 —el mismo año en el que se casó con su mujer, la bailarina Lorraine Willis—, Dizzy conoció al saxofonista Charlie Parker en Kansas City. "Imagino que tuvimos un encuentro de mentes, porque los dos nos inspirábamos mutuamente", escribió Gillespie. Ambos coincidieron en la orquesta de Earl Hines, y luego en la de Billy Eckstine. Allí siguieron creando juntos los fundamentos del bop. Para entonces, Dizzy ya había compuesto A Night in Tunisia, uno de sus temas más famosos, al que solía introducir así: "Me gustaría tocarles una de mis composiciones, mi única composición". Pero el momento de explosión del bebop se produjo cuando empezó a tocar en los clubes de la calle 52.

"Ningún hombre o grupo particular inició el jazz moderno —contó en el libro Hear Me Talkin' to Ya—, pero algunos empezamos a reunirnos en Minton's, en Harlem, a principios de los 40. Siempre aparecían tipos que no sabían tocar nada, pero necesitaban seis o siete acompañantes para no demostrarlo. Entonces, antes de reunirnos, Thelonius (Monk) y yo comenzamos a elaborar algunas complejas variaciones sobre acordes y cosas parecidas para asustar a la noche a los tipos sin talento. Después de un tiempo eso comenzó a interesarnos, y a medida que exploramos se desarrolló nuestro estilo".

El Onyx Club fue un reducto clave para ese desarrollo, así como el quinteto que Gillespie formó junto a Parker, Bud Powell en piano, Max Roach en batería y el bajista Charles Mingus para el célebre concierto en el Massey Hall de Toronto, en 1953. El bop se puso de moda, así como el excéntrico look de Dizzy: chivita, pelo engominado y gorra, anteojos de marco grueso, corbatas y moñitos de colores chillones, trajes amplios y arrugados. No fue un líder sólo superficial: al contrario que muchos de sus colegas, se preocupó por formar a otros músicos. Es el caso, entre otros, de Lee Morgan, Fats Navarro, John Faddis y el cubano Arturo Sandoval.

El humor de Dizzy llegó al máximo delirio cuando se presentó como candidato a presidente en las elecciones de 1964. Bajo el lema The Real Choice (La opción real), una de sus ideas era rebautizar a la Casa Blanca (White House) con el nombre de Casa Azul (Blues House). Como colaboradores, nombraría a Louis Armstrong secretario de Agricultura ("porque es de Nueva Orléans y sabe mucho de plantaciones"), a Miles Davis jefe de la CIA, a Duke Ellington embajador "en cualquier país al que quiera ir", y a Muhammad Ali secretario de Estado. Tenía posición tomada en cuanto al reconocimiento de China comunista: "¿Cómo hacer de cuenta que 700 millones de personas no existen? Es un porcentaje considerable de la población del mundo y un formidable mercado potencial para festivales de jazz. Podríamos organizar uno y pasarnos diez años tocando, sin acordarnos del resto del mundo".

Debido a su interés por la música cubana, visitó la isla y se entrevistó con Fidel Castro, lo cual no impidió que también lo recibieran los presidentes Jimmy Carter y George Bush (padre), quien le colgó la medalla nacional de las artes. Fue apenas un premio más, como el Grammy a la trayectoria, el nombramiento como jefe africano con el título de "Rey de los artistas" o los 14 doctorados honorarios.

Nada lo conformó, y a los 72 años grabó cuatro discos e hizo 300 shows en 27 países. El último fue en Seattle, en febrero de 1992, y ya sabía cómo pretendía que lo recordaran: "Quisiera ser observado como un mensajero mayor del jazz y no como una figura legendaria, que tienen pies de yeso y se diluyen. Cuando se es un contribuyente mayor a la música, el legado no se diluye. Estoy en la misma escala que Buddy Bolden, King Oliver, Louis Armstrong, Roy Eldridge, Miles Davis y Clifford Brown"


Hasta la Próxima !!

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